Diferencias y similitudes en la región tras los Juegos Bonaerenses

Finalizó una nueva edición de los Juegos Bonaerenses y la región saca conclusiones. Aunque las distancias sean cortas, las diferencias entre las delegaciones quedaron a la vista.

Castelli y Pila sobresalieron con su impecable indumentaria y un transporte moderno y confortable, reflejo de una organización ordenada y del compromiso con sus jóvenes y adultos. Chascomús también se destacó con una delegación bien presentada, mientras que Lezama, con sus tradicionales colores rojo y negro, sumó identidad y entusiasmo. General Paz aportó presencia y alegría, y Las Flores fue ejemplo de política deportiva sostenida: cosechó 14 medallas y reafirmó el valor del trabajo constante.

En el otro extremo, General Belgrano mostró la contracara. Por primera vez en muchos años, su delegación no se presentó con la indumentaria oficial, un hecho que no pasó desapercibido y que muchos interpretaron como el reflejo de las políticas culturales y deportivas del distrito, hoy cuestionadas y sin el impulso que supieron tener.

Los Juegos Bonaerenses, una vez más, expusieron no solo el talento y la pasión de los participantes, sino también las realidades y contrastes de cada municipio en su forma de apostar o no al deporte y la cultura.

Medallero regional (síntesis): Medallero