
Windy un clásico de Villa Gesell: El placer de comer y disfrutar junto al mar
3 mayo, 2025Visitado por miles de turistas durante todo el año, Windy un ícono de la ciudad, su historia ligada a la identidad gesellina y la cultura ha sido un lugar de encuentro de varias generaciones. Ideal para incluir en el itinerario de una escapada de fin de semana. Bar, restaurante, balneario y escuela de surf desde 1982.
A metros de la entrada a Villa Gesell se encuentra un barco muy pequeño con la publicidad de Windy. Esa embarcación es original. Hoy se encuentra lejos del mar, pero nunca faltan las personas que detienen su marcha para poder tomarse una fotografía. Conoce su historia al final de la nota.
Ubicado frente al mar en paseo 104 y playa, este restaurante se presenta como un destino imperdible en Gesell. Con una atmósfera única, decoraciones temáticas y un ambiente animado, el lugar ofrece platos variados y sabrosos a precios razonables. La atención al cliente, amigable y atenta, hace de cada visita una experiencia placentera, ya sea para un desayuno ligero o una cena. Sin duda, un lugar que promete momentos agradables, ideal para familias, amigos y mascotas.
Visitar Windy no solo es una experiencia gastronómica, es un viaje en el tiempo, sus paredes testigos de miles de charlas de café, guardan historias, son un museo.
Sos niño, entrás a Windy y ya lo sentís. Ese olor a mar mezclado con algo salado que te lleva directo a los cofres. Están ahí, esperándote, como si un pirata los hubiera dejado olvidados a propósito. Lo agarrás, lo abrís. Adentro, la magia: todo lo que un chico quiere comer después de un día de aventura. Pero eso no es todo. Está la sorpresa, el pase directo al premio que te hace sentir que hoy ganaste algo grande. Salís con el cofre en la mano, la sonrisa puesta y esa sensación de que, sos el dueño del tesoro.
Frente al mar, en Windy, un café con leche se transforma en un ritual sagrado, una celebración de la simpleza que revela la belleza oculta en los pequeños placeres de la vida.
EL PLACER DE DISFRUTAR WINDY:
“Bajo el manto de la luna, en la costa que acaricia el Atlántico, nos sentamos a saborear la magia de la noche. Las luces parpadean a lo lejos, como un guiño cómplice entre las olas y el cielo estrellado. El aroma a salitre se entrelaza con el perfume de la brisa marina, mientras el mar murmura secretos ancestrales.”
“El postre, un suspiro dulce en esta noche salada, nos envuelve en el abrazo reconfortante de lo auténtico. El dulce de leche, como un poema de caramelo, se derrite en la boca, dejando un regusto de nostalgia y placer.”
“Así, entre el murmullo del mar y el sabor de la tierra, cenamos frente al horizonte infinito. En cada plato, en cada palabra compartida, se teje la poesía de lo lindo de cenar frente al mar, una experiencia que se guarda en el corazón como un tesoro inolvidable en la vastedad de la noche geselina.”
EL BARCO Y SU HISTORIA
Ingresando a Villa Gesell pueden verse dos monumentos sobre la mano derecha, uno es un tótem, el otro es un pequeño barco. La escultura, que fue inaugurada en 1977, tiene en su base peces y pinos que representan el mar y los bosques, arriba se encuentra “Don Carlos Gesell” luego la familia y una paloma como ave entrenador que crea y regula los elementos de la naturaleza. El simbolismo, que conlleva el Totem, representa la Familia en libertad disfrutando el bosque y la playa de Villa Gesell. Su autor es el alemán Pablo Annemann.
Metros más adelante de la escultura se encuentra un barco muy pequeño con la publicidad de Windy. Esa embarcación es original y fue adquirida por Fernando hace unos años en Mar del Plata.
El pequeño navío pertenecía a una pareja de alemanes que decidió cruzar el Atlántico, de hecho lo lograron a principios de la década del 80, en una increíble travesía. La embarcación llamada Hurricane (Huracán) soportó fuertes vientos y marejadas, pero años después, en un confuso y trágico hecho, todo fue judicializado quedando en manos del estado. Meses más tarde, el navío fue comprado a una persona que lo tenía en su poder y su nuevo dueño decidió llamarlo Windy, un viento más suave.
Hoy se encuentra lejos del mar, pero nunca faltan las personas que detienen su marcha para poder tomarse una fotografía.